(sin contar la charla con mi familia) fue la parte práctica más complicada, pero como si quien quiere algo lo consigue, dos meses después, estaba camino a mi libertad. Era mi primer viaje a Europa, NO HABLABA INGLÉS, y me tomaba el avión y tenía solo
Ahí fue cuando todo comenzó. Trabajé de dealer de pocker en un casino, trabajé de mucama y «cocinera» en un hotel, y trabaje de moza en un restaurante Indio. En cada uno de ellos (como era de esperar) tuve alguna clase de problemas (nada importante vale aclarar) pero también hice amigos, conocí diferentes religiones y culturas, y desperté una curiosidad por este topic que ahora es un motor que mueve y me apasiona. Hay que saber que una vez que estamos fuera de casa y en estas condiciones, somos todos iguales, no hay ingenieros, no hay abogados, no hay contadores, somos todos estudiantes extranjeros. Y a veces solo quería volver nadando, y extrañaba como una niña indefensa a mi mamá. Pero no había nadie, y tenía que manejarme como podía, en situaciones nuevas, con gente que no conocía, sin nadie que me defienda, entonces me presioné a desarrollar habilidades nuevas que hoy ADORO. Pero ojo esto no viene en el paquete del curso, esto lo tenes que llevar con vos… la pregunta clave.
Los irlandeses son súper amables and welcoming, una vez allá, te olvidas que llueve todos los días, eso a nadie le importa. Hay fiesta como si el mundo se terminara mañana y no importa qué día de la semana es, siempre hay una excusa para una Guinness.
A los 3 meses de estar allá, ya me manejaba bien con inglés, y a los 8 meses renové mi visa. Creo que ahí entendí que no podía parar, y como ya estaba lejos decidí sacarme (a mis 29 años) la visa Working Holiday France 🇫🇷, porque ya que estaba, podía también hablar francés.
Tomar la decisión de irse, dejar todas tus cosas materiales, alejarse de los afectos, no es una decisión fácil. Pero con el tiempo entendemos que lo material es más para el resto del mundo que para uno mismo, y los afectos a veces cumplen un ciclo y a veces te acompañan por el resto de tu vida. Aunque en algunos aspectos sigo sufriendo el duelo de la Romina que dejé el día que tomé el avión, nunca dudé si valió o no, la pena. Toda ganancia está acompañada de una pérdida, y hay que saber pasar por situaciones que te cambien y aún así volver a tomar nuestra forma, RESILIENCIA. Ahora esto es vivir para mí, no puedo conformarme con menos…
